Grados y síntomas de la cervicalgia
Existen diferentes tipos de cervicalgia, dependiendo de la gravedad de los daños causados. En el caso más leve, tan solo se dañan los tejidos más finos y se le denomina Esguince cervical tipo I.
Si, por el contrario, se produce una rotura parcial de los músculos o ligamentos del cuello hablaríamos de un Esguince cervical de tipo II. Por último, si en la lesión hay rotura y separación de los tejidos, se trataría de un Esguince de tipo III y conllevaría una recuperación más larga.
En cuanto a los síntomas con los que se manifiesta la cervicalgia, vemos que son muchos y variados, aunque el más común es el dolor de cuello. El dolor en las cervicales del cuello puede tardar en manifestarse unas horas tras el accidente. Otro de los síntomas más comunes es la contractura muscular, la cual puede incluso causar edemas.
Algunos pacientes presentan síntomas tan variados como vértigos, mareos o limitaciones al mover el cuello, viéndose hasta la rotura de fibras musculares en los casos más graves. Otra de las lesiones que se producen a causa de un latigazo cervical es el Tinnitus, una afección en el oído interno que hace que percibamos ruidos o zumbidos.
Los síntomas que se producen con un latigazo cervical, no son solo lesiones físicas. Existen distintos síntomas psicológicos, como ansiedad o pánico a volver a conducir. Este síndrome conocido como estrés postraumático, puede causar insomnio y depresión. Por eso, no debemos pasar por alto estos síntomas psicológicos y hacerlos saber a nuestro médico.
Al producirse un choque por detrás con otro vehículo, podrían manifestarse síntomas de dolor lumbar por el uso del cinturón de seguridad, disfonía en la voz e incluso disfagia. Es decir, dificultades al tragar. Todos estos síntomas se suelen ver agravados por constantes y prolongadas cefaleas, incluso meses después de sufrir el accidente.